miércoles, 12 de diciembre de 2007

¿Hay alguien imprescindible?

Absolutamente inesperada, y abrumadora la paliza del no frente al si. Los resultados han sido:

¿Hay alguien imprescindible? Si 1 No 9
¿Es necesario sentirnos imprescindibles? Si 2 No 6

Esta claro que antes de continuar he llamado a mi psicólogo y le he pedido cita. Pero mientras, y como mi voto, no emitido, era sí a ambas respuestas, intentaré convenceros.

No obstante, quiero dejar claro que es sólo una opinión y que me gustaría matizarla incluso modificarla con vuestras aportaciones.

Comenzaré con lo que creo más fácil, ¿Hay alguien imprescindible?

Evidentemente: NO.

Y para mayor abundamiento, baste con pensar en la inmensa cantidad de niños y niñas que pierden a sus madres y padres al nacer, y terminan siendo hombres y mujeres de provecho, felices y sin demasiados traumas.

Si una madre no es imprescindible quien lo va a ser.

Ahora que ha quedado claro, permitidme dar una vuelta de tuerca, o la vuelta a la tortilla:

Un niño o niña sin nadie que les alimente, les limpie, le cuide,… no duraría mucho tiempo. Desde este punto de vista es necesario que alguien lo haga, y aunque en realidad no importa quien, para el niño o la niña es imprescindible que exista un cuidador o cuidadora.

De la misma manera es imprescindible que alguien se ocupe de que esté la comida cuando toca almorzar, y que alguien se preocupe de lavar la ropa, de pagar los impuestos en plazo, de arreglar las cosas que se estropean, de comprobar que los niños y niñas hagan sus deberes…

En realidad no se trata de que haya alguien imprescindible, que nadie lo es, se trata de que existe el puesto y alguien lo debe ocupar. Aquel o aquella que lo ocupe pasará a ser imprescindible.

Cuando dejamos de ocupar el puesto dejamos de ser imprescindibles, y el siguiente que lo ocupe lo será.

Por todo ello, afirmo que hay personas imprescindibles, muchas, muchísimas, porque esto no funcionaría si no estuvieran en sus puestos.

En realidad parece una perogrullada del Sr Perogrullo, pero tiene su importancia que quedará más evidente cuando analicemos la segunda pregunta.

miércoles, 5 de diciembre de 2007

Lo Fatal. Rubén Darío

Dichoso el árbol, que es apenas sensitivo,
y más la piedra dura porque esa ya no siente,
pues no hay dolor más grande que el dolor de ser vivo,
ni mayor pesadumbre que la vida consciente.
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Ser y no saber nada, y ser sin rumbo cierto,
y el temor de haber sido y un futuro terror...
Y el espanto seguro de estar mañana muerto,
y sufrir por la vida y por la sombra y por
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lo que no conocemos y apenas sospechamos,
y la carne que tienta con sus frescos racimos,
y la tumba que aguarda con sus fúnebres ramos,
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¡y no saber adónde vamos,
ni de dónde venimos!...

sábado, 1 de diciembre de 2007

Una de Silvio

Que pena haber escuchado "Sueño con serpientes" antes que "Oleo de una mujer con sombrero".

¡¡¡ Como habría cambiado mi vida !!!