viernes, 23 de noviembre de 2007

El motivo.

De joven, como por casualidad y gracias a una canción de Silvio Rodríguez, me tropecé con una frase, del famoso poeta Bertolt Brecht, que dice: “Hay hombres que luchan un día y son buenos, hay hombres que luchan muchos días y son muy buenos, pero hay hombres que luchan toda la vida, esos son los imprescindibles.”

La frase me llamó la atención, me gustó, me impresionó y la hice mía. Más aún, al poco tiempo ya le había añadido una coletilla. Cuando la citaba, la terminaba siempre diciendo: “… y yo sueño con llegar a ser imprescindible”. Que tonto era de joven, que falta de experiencia, de conocer las medidas de las cosas, que impresionable.

Hoy, tras casi 30 años de correr una maratón como si fuera una carrera de cien metros, seguida de otra de cien metros y de otra… y habiendo aprendido conceptos de prevención de riesgos laborales, tengo claro el poder autodestructivo que encierra la famosa frase.

Por eso quiero comenzar un blog donde todos, con las entradas y los comentarios, podamos, no sólo desmontar una falsa teoría del concepto de “Imprescindibilidad Humana” (bonito palabro), sino cimentar el concepto de la “Imprescindibilidad Social”

Tras mucho análisis sobre quien sería el culpable de este desaguisado, (siempre en el concepto positivo de la culpa, es decir la Culpa como herramienta tecnológica), y conociendo la fragilidad, la facilidad de inducir conceptos erróneos o impresionar a la juventud, pensé en el cantautor que hizo suya la frase incluyéndola en una canción. No obstante, eso me sonó a aquello de matar al mensajero, por lo que mi ira la he descargado, finalmente, contra el autor de la cita.

Por esta razón, y sin atacar personalmente a un famoso dramaturgo, ni a su obra, que no conozco en profundidad, permitámonos gritar a Coro:

“ESTAMOS HASTA LOS HUEVOS DE BERTOLT BRECHT”

2 comentarios:

Gabriel dijo...

Estoy MUUUY deacuerdo contigo César, para mi son mejores los hombres que no luchan, esos son "felices".
Esta y muchas otras frases hacen del hombre un luchador como un mono que no sabe otro truco (para vivir), lo que aprendemos de Teresa de Calcuta y Mahatma Gandhi es no dejarse manejar (sin luchar) por pensadores que escriben a conveniencia del orden imperante para que sean más aceptados.

a dijo...

Y si te enteraras que esta frase NO es de Brecht... ¿Qué pasaría?

Creiste casi ciegamente, la primera vez: a lo que la frase decía. Y ya ves lo que ha sucedido.

Podríamos decir que ahora has creido casi siegamente y por segunda vez, pero en esta ocación a Silvio Rodrígez...

Pregunta: ¿Cuándo "crees" que comenzarás a dejar la creencia?

Podría decir: ¡Lo que has encontrado es muy valioso, y por favor, no me creas!

Tienes al menos dos caminos, enojarte conmigo, o buscar la verdad y arder en ella.